El Currículo Nacional Base define
como transformación curricular a “la actualización y renovación técnico-pedagógica
de los enfoques, esquemas, métodos, contenidos y procedimientos didácticos de
las diversas formas de prestación de servicios educativos y de la participación
de todos los actores sociales”.
Guatemala es un país de cambios, especialmente
en el tema de educación. Sin embargo, en
esta área, estos cambios no han sido siempre positivos, debido a que desde que
la educación inició su vida formal, se
ha enfrentado a muchas situaciones adversas de ámbito político y cultural.
En la actualidad aún se encuentra
en estudio el desarrollo de las técnicas necesarias requeridas para lograr los
objetivos que el Ministerio de Educación se ha propuesto alcanzar. Se han realizado extensos programas de
desarrollo, estudios estratégicos y presentación de propuestas con el solo
objetivo de mejorar la calidad educativa guatemalteca, para formar mejores
guatemaltecos y ciudadanos capacitados para cambiar el país. Dentro de los temas de mayor interés se
encuentra el uso de la tecnología como herramienta didáctica.
Con este ensayo quiero presentar
mis observaciones y comentarios acerca del planteamiento que el CNB propone en
el área de Tecnología, los objetivos a alcanzar y las competencias que pretende,
así como subrayar la realidad del trabajo docente en esta área.
Primero debemos tomar en cuenta que no existe un currículo específico para
el área tecnológica. En primaria podemos
encontrarlo dentro del área de Ciencias Naturales, mientras que en Básico y
Diversificado, está inmerso en Comunicación y Lenguaje. Pero ¿por qué lo hicieron así? El planteamiento que propone el CNB con esta
inmersión indirecta de la tecnología, es el uso de la misma como una
herramienta para que los niños y jóvenes la experimenten, conozcan y apliquen durante el proceso de aprendizaje.
Si tomamos en cuenta que para lograr un aprendizaje significativo se
necesita del trabajo conjunto entre alumnos, docentes y padres de familia, el
concepto de inmersión tecnológica debería aplicarse a todos de la misma
forma. Con esto me refiero a que no
podemos pretender que el alumno utilice adecuadamente una herramienta si no
recibe la instrucción correcta de parte de padres y docentes para hacerlo.
Otro objetivo del CNB al incluir la tecnología desde primaria es “orientar
la curiosidad del niño hacia el desarrollo de habilidades científicas, como
parte de la adquisición de conocimientos y resolución de problemas”. Cuando un niño tiene acceso al uso de
tecnología, desde la televisión hasta lo último en computadoras, laptops,
Ipads, etc. su curiosidad innata se
despierta y expande. Es aquí donde tanto
padres como docentes tienen que aprovechar para encarrilar su curiosidad hacia
temas que amplíen su educación, indicándole la mejor forma de utilizar la tecnología
para aprender cosas positivas y reales. Que
lo encaminen hacia el uso de la misma de forma crítica y reflexiva.
El CNB está enfocado en que los estudiantes alcancen competencias en cada
área educativa, sin embargo no incluye competencias específicas para el área de
Tecnología más que el enfoque del uso de TIC en el trabajo cotidiano, de forma
adecuada y creativa. Si nos detenemos un
poco a analizar esto, nos damos cuenta que la intensión del CNB es que los
estudiantes apliquen la tecnología en sus quehaceres diarios, en todas las
áreas de estudio, en todas sus actividades.
Entonces, ¿quiénes deben alcanzar competencias específicas en
tecnología? Fácil: “Los docentes”.
Si los docentes no están capacitados para orientar adecuadamente el uso de
TIC en sus estudiantes, son ellos quienes deben alcanzar primero las
competencias necesarias para que su guía sea eficaz y positiva. No podemos educar si no tenemos el
conocimiento necesario para hacerlo.
Sin embargo, nuestra realidad es completamente diferente. Los docentes aún están atrasados en muchos
aspectos tecnológicos, habiendo algunos que no utilizan ningún tipo de
tecnología en sus clases, o en su vida, mientras que los estudiantes nacieron
ya en la era tecnológica, por lo que el uso de cualquier aparato (teléfono,
celular, computadoras, etc.) se les facilita por ser parte de sus vidas desde
que son pequeños.
¿En qué estamos fallando?
Nuestro primer error es el ver a
nuestros estudiantes como un vaso que debemos llenar, a quien debemos
incorporarle un montón de conocimientos y destrezas. Antiguamente éste era el modelo tradicional
de la escuela, pero ahora los niños tienen muchas ganas de ser, no solo de
saber. Y ese ser no viene de afuera
hacia adentro, sino de adentro hacia afuera.
Una nueva educación debe
vislumbrarse como un fuego que encender, un fuego que expandir. Al tener esta perspectiva, la postura del
docente cambia completamente, dejando de ser esa persona que quiere enseñar
desde afuera, y transformándose en un mentor, en una guía, en un acompañante,
que llevará de la mano al niño para que florezca.
¿Podemos hacerlo?
Para contestar esta pregunta, quiero
hacer énfasis en una frase de Maximilien Robespierre “El secreto de la libertad
radica en educar a las personas, mientras que el secreto de la tiranía está en
mantenerlos ignorantes”. Esta frase me hace
pensar que muchos de los problemas que la educación presenta en la actualidad se deben al no querer permitir libertad en nuestros
estudiantes. Como docentes muchas veces
nos vemos atrapados en el sistema, no podemos permitir que nos tachen de flojos
o de incapaces de mantener el dominio del grupo. Especialmente cuando se trata del uso de
Tecnología.
Cuántas veces he escuchado a
directores de diferentes planteles relacionar al maestro dominante, al tirano,
refiriéndose a él o ella como el MEJOR docente, simplemente porque sus alumnos
no hablan durante toda la clase… ¿Qué
podemos esperar de estos pobres estudiantes?
A qué hora les permitián desarrollar su pensamiento crítico? En qué momento podrán expresar sus
opiniones? Cómo podrán enriquecer a sus
compañeros con sus comentarios, si no se les permite ni siquiera hablar en la
clase, no digamos utilizar ningún tipo de tecnología para interactuar con
nadie?
Y lo más triste del caso, es que
aún existen muchísimos docentes que actúan de esta forma. No es necesario que nuestros hijos acudan a
una escuela militar, en una institución cualquiera puede existir uno o más
docentes tiranos que prefieren cultivar el miedo de sus estudiantes hacia
ellos, antes de tener que ser parte de un debate de intereses y opiniones que
puedan no concordar con lo que él o ella opina, o mejor dicho, con lo que sabe. Que prefieren que sus estudiantes pasen horas
de horas haciendo planas de letras o números antes de tener que aprender a
utilizar una pizarra inteligente o juegos on line para hacer del aprendizaje
algo más significativo.
Muchas veces es el mismo miedo a
vernos opacados por nuestros propios estudiantes el que nos mueve a implantar
un régimen de terror, porque si nadie puede opinar, nadie se dará cuenta de qué
tan poco sabemos. Qué tristeza, verdad?
Pero tenemos una esperanza...una luz al final del sendero! Actualmente existen un sin número de actividades que podemos aprovechar para mejorar como docentes, para capacitarnos más en el uso de tecnología y metodologías de enseñanza más modernas. Desde la educación formal hasta la informal, se nos brinda una gama de cursos y talleres que nos puede proporcionar herramientas muy eficaces para que nuestro aprendizaje docente se expanda. Incluso en el Internet podemos encontrar un sin fin de cursos en línea, consejos, y hasta planificaciones de actividades variadas para guiarnos en la aplicación de la tecnología en nuestras clases.
Ahora es solo cuestión de querer hacerlo.... de querer aprender.... de querer ser empático con los estudiantes.... de querer empaparnos de tecnología.....
¿QUIERES?
Que bellas palabras, enternecen porque vemos que queremos cambios...
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